Cirugía de Mama

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Mamoplastia vertical de doble rama

Los patrones verticales constituyen un grupo de técnicas que permiten actuar sobre tumores asentados en el polo inferior de la mama y por ello su utilización contribuye a incrementar la conservación mamaria con unos resultados estéticos aceptables. Su introducción en el manejo oncológico del cáncer de mama aporta diferentes ventajas para la mujer. En primer lugar, supone una solución oncológica y estética a tumores del polo inferior mamario, una localización que tradicionalmente ha ocasionado importantes deformidades en el manejo conservador de esta enfermedad debido al escaso volumen glandular y a la proximidad del Complejo Aréola-Pezón que, en la mayoría de los casos, provoca una distorsión y desplazamiento del mismo. En segundo lugar, la utilización de patrones verticales de doble rama permite una reducción importante del volumen mamario en aquellas mamas voluminosas y ptósicas (caídas) que ayuda a reducir la toxicidad de la radiación postoperatoria, una secuela frecuente en este grupo de enfermas debido a las dificultades para el cálculo de dosis en una mama móvil. Finalmente, estos patrones ayudan a mejorar sustancialmente la imagen corporal de la mujer con mamas voluminosas y a la mejora en la carga de la columna dorsal, gracias a la reducción del volumen mamario.

Sin embargo, los patrones verticales pueden presentar eventos adversos para la paciente que el cirujano general con experiencia en oncoplastia debe tener presente a la hora de iniciarse en este tipo de técnicas. Por un lado, se trata de técnicas de mayor complejidad que las tradicionalmente utilizadas en la enferma con cáncer de mama (tumorectomía, mastectomía), tanto en su planificación (confección del patrón, elección del pedículo vascular), ejecución (desepitelización, movilización del CAP) o bien en la solución de sus complicaciones (necrosis, deformidades). Por otra parte, la realización de estas técnicas repercute significativamente en la imagen corporal de la mujer, no sólo cuando su ejecución es correcta y sin complicaciones, sino de forma especial cuando una mala planificación y/o las complicaciones ponen de manifiesto el peor resultado posible. Finalmente, los patrones verticales presentan complicaciones típicas de trascendencia para la enferma, como son las necrosis del CAP y de los colgajos dermocutáneos, que deben ser comentados durante el proceso informativo y constar en el documento de consentimiento informado. Por todas estas cuestiones, este tipo de técnicas no constituyen la forma ideal para iniciarse en la cirugía oncoplástica del cáncer de mama ya que su planificación y ejecución precisan de conocimientos y habilidades que garanticen una adecuada capacidad para su realización y un mínimo riesgo para la enferma.

Este patrón tiene como principal objetivo la prevención de deformidades en el polo inferior, especialmente los “hachazos” en mamas voluminosas, así como reducir la toxicidad por radiación en mamas muy ptósicas. Su realización provoca una reducción importante del volumen y peso mamario y una elevación significativa del CAP. La realización de una mamoplastia vertical de rama doble exige un volumen mamario adecuado y una ptosis pronunciada ya que las resecciones planificadas proporcionarán piezas quirúrgicas entre 200-1000 gr. Con estas características, este patrón puede englobar procesos multicéntricos localizados en el polo inferior de la mama al permitir grandes resecciones de tejido mamario. A pesar de que la mejor indicación son los tumores asentados en el polo inferior mamario, pueden también indicarse en neoformaciones de polo superior mediante la utilización de pedículos de polo inferior; así, cuando se utiliza un pedículo inferior convencional podrán resolverse adecuadamente tumores en la unión de cuadrantes superiores en la inmediación del CAP. Por su parte, cuando se utiliza un pedículo inferior ampliado, constituido por todo el polo inferior, podrá realizarse una exéresis subcutánea del polo superior englobando procesos extensos a dicho nivel. Finalmente, este patrón ofrece una buena indicación en aquellas pacientes que requieren una cirugía de rescate para ampliación de bordes, englobando la cicatriz previa dentro del patrón, así como aquellas enfermas en las que se ha practicado un tratamiento neoadyuvante.

La principal limitación de esta técnica es la ausencia de volumen y ptosis mamaria ya que en estos casos crearemos mamas deplecionadas y con una CAP excesivamente elevado. Desde el punto de vista oncológico, deben descartarse tumores próximos al CAP en donde no se logre un adecuado margen de resección, excepto cuando se planifique una exéresis del CAP. Cuando se realiza una exéresis subcutánea del polo superior deben rechazarse aquellos casos en donde el tumor afecte directamente a la piel suprayacente ya que en estos casos no podrá garantizarse un control adecuado de la enfermedad

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