Los factores psicológicos están presentes en el 95% de los casos de sobrepeso u obesidad
La obesidad es un problema de salud pública de primera magnitud para la Organización Mundial de la Salud (OMS) y su tasa de prevalencia se ha incrementado en los últimos años. Se ha convertido en problema de salud pública de primera magnitud y los expertos consideran que su abordaje debe ser multidisciplinar. Endocrinos, nutricionistas, cirujanos bariátricos y también psicólogos tienen que implicarse para conseguir cambios sostenibles en el tiempo.
Recientemente, se han llevado a cabo estudios clínicos para explicar los factores psicológicos que influyen en su incidencia como el denominado ‘Programa Psico-Obe’, validado mediante ensayo clínico controlado en un proyecto financiado por el Instituto de Salud Carlos III. Las conclusiones de este estudio son rotundas: únicamente un 5% de los casos de sobrepeso u obesidad se debe exclusivamente a factores nutricionales. En el 95% restante influyen también factores psicosociales, trastornos afectivos, alimentación emocional y otros muchos factores psicológicos.
Este programa multidisciplinar, validado mediante ensayo clínico, se puede aplicar a cualquier persona con obesidad. Se ha desarrollado desde la práctica clínica en el Hospital Universitario Infanta Leonor y se ha centrado en tres objetivos principales: el aumento de la autoconciencia, la búsqueda de la autorregulación y el logro de la aceptación. Para conseguirlos, se han establecido cuatro módulos de intervención: definir un nuevo proceso; aprender a cuidarse; análisis funcional y, por último, autorregulación y aceptación.
Según los estudios previos analizados por estos expertos, los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) más frecuentes que cursan con sobrepeso u obesidad son la bulimia nerviosa (33,33%) y el trastorno por atracón (58,85%). Un atracón supone la ingesta de grandes cantidades de comida en un periodo muy corto de tiempo y suele ir acompañado de una fuerte sensación de pérdida de control y culpa.
Los investigadores estiman que el trastorno por atracón lo padecen aproximadamente el 1,6% de las mujeres y el 0,8% de los hombres. Estos episodios suelen ser recurrentes, al menos, una vez a la semana durante tres meses y en algunas ocasiones, pueden ir acompañados de vómitos autoprovocados. Sin embargo, en la bulimia nerviosa, a diferencia del trastorno por atracón, se aprecian conductas compensatorias para la reducción de peso, como la hiperactividad física, el uso de laxantes o los vómitos autoprovocados recurrentes.
Los resultados del ensayo demuestran que el abordaje de este programa es especialmente beneficioso en pacientes obesos con trastorno por atracón o bulimia nerviosa así como en pacientes intervenidos de cirugía bariátrica o que tienen hipotiroidismo. Someterse a este tipo de intervenciones es un proceso con un largo recorrido en la que la preparación psicológica es esencial, ya que de esta depende en gran medida la consecución de la meta del paciente. El Dr. Alfredo Alonso Poza cree que la cirugía bariátrica “requiere cierta preparación del paciente tanto a nivel físico como emocional, antes, durante y después de la intervención”