En un intrigante estudio realizado por el Instituto de Gestión Sanitaria del Hospital General del Ejército Popular de Liberación de Pekín (China), se desentrañan los impactantes cambios que la pérdida de peso provoca en el eje cerebro-intestino-microbioma humano.

El seguimiento de 25 pacientes obesos sometidos a restricción intermitente de energía (RIE) reveló una conexión íntima entre la transformación del microbioma intestinal y las regiones cerebrales vinculadas al apetito y la adicción. El Dr. Alfredo Alonso Poza, del Hospital Universitario del Sureste de Madrid, destaca la importancia crucial de un microbioma equilibrado para la gestión del peso y la homeostasis energética.

«Estos resultados abren una nueva senda en la investigación de la obesidad, una condición que afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo», subraya el Dr. Poza. El estudio sugiere que la salud del microbioma intestinal puede influir en áreas cerebrales clave relacionadas con la adicción y los patrones alimentarios.

Centrado en la restricción intermitente de energía, alternando días de ayuno con días de alimentación normal, el estudio destaca la dinámica temporal de los cambios observados tanto en el microbioma como en las regiones cerebrales. El Dr. Qiang Zeng, uno de los autores, enfatiza la relevancia de comprender la intrincada relación entre la pérdida de peso y la salud cerebral.

Estos reveladores resultados, detallados en Frontiers in Cellular and Infection Microbiology, sugieren que la pérdida de peso va más allá de la dieta y el ejercicio, implicando una transformación profunda en el eje cerebro-intestino-microbioma, proporcionando nuevas perspectivas para abordar de manera integral la obesidad.

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