Cirugía de la Obesidad

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Selección de los pacientes

La opción quirúrgica debe ofrecerse a pacientes tras una información exhaustiva de su enfermedad, complicaciones de la misma y limitaciones de su vida. Además deben estar lo suficientemente motivados como para desear, no solo un cambio en su peso, sino en su estilo de vida y costumbres, por supuesto han de tener un riesgo quirúrgico valorado y estudiado.

El fallo repetido en el tratamiento médico y dietético es una razón obvia para la cirugía. Estos pacientes cuando acuden al cirujano deben aportar una valoración por un especialista en endocrinología y / o nutrición, así como en psiquiatría o psicología. El tratamiento de estos pacientes es multidisciplinario, por tanto deben intentar consensuarse las decisiones.

Es fundamental contar con la colaboración de un endocrino que establezca un adecuado control dietético y un seguimiento del paciente, así mismo es aconsejable el tratamiento por un psicólogo que le haga conocer el porque de su refugio en la ingesta desmesurada y constante. Los obesos golosos, picoteadotes y comedores de helados o batidos pueden llegar a hacer inefectiva la cirugía realizada, por eso necesitamos el apoyo de los mencionados especialistas. Un cirujano bariatrico con experiencia puede y debe, también, realizar el seguimiento de sus pacientes operados.

A la hora de elegir el tipo de intervención a realizar hemos de tener en cuenta el riesgo quirúrgico y anestésico del paciente, que ha debido ser estudiado y tratado preoperatoriamente, así como su edad. Por descontado hay que contar con la decisión del paciente, tras una pormenorizada explicación, de hecho algunos obesos tienen verdadero miedo al quirófano y lo que buscan es la técnica mas segura o con menos complicaciones, en lugar de la mas efectiva. El obeso también puede rechazar cirugías que impliquen una ingesta continuada de un importante número de comprimidos, como ocurre en la Derivación bilio-pancreática y en el By-pass.

En los casos de edades extremas, entre los 18 y los 25 años lo más aconsejable es buscar un procedimiento seguro y con pocos efectos secundarios como es la gastrectomía tubular. En los mayores de 55 años lo que hay que aminorar es el riesgo quirúrgico, por eso también es aconsejable la gastrectomía tubular.

En general a la hora de decidir la técnica quirúrgica nos basamos en el Índice de Masa Corporal (IMC), es decir sus kilos en relación a la superficie corporal (altura en metros cuadrados).

En algunas ocasiones excepcionales se puede operar con IMC entre 30 y 35 si el paciente tiene alto riesgo por co-morbilidades acompañantes como síndrome de apnea del sueño, enfermedad cardiaca relacionada con la obesidad, hipertensión o diabetes. Lo mas adecuado en estos casos sería el balón instragástrico o la gastrectomía tubular.

Un IMC de 35 a 40 es ya una obesidad importante o pre-mórbida, que si está acompañada de patología de base o Síndrome Metabólico es subsidiario de cirugía. Aconsejando en este caso la gastrectomía tubular o en manga.

Cuando el IMC se sitúa entre 40 y 50 estamos ya frente a una obesidad mórbida, que independientemente de las enfermedades asociadas es ya subsidiaria de cirugía. Sabemos sobradamente que estos pacientes no van a perder el peso necesario simplemente con dietas y el retrasar la cirugía no suele conllevar más que un mayor deterioro del paciente por el agravamiento de su patología o a convertirse en un súper-obeso. El procedimiento mas realizado en estos casos es el By-pass gástrico de asa larga y la gastrectomía tubular, en función de las comorbilidades.

El IMC entre 50 y 60 hace que consideremos al paciente un súper-obeso, estos son pacientes severamente enfermos aunque ellos no lo crean y tienen acortada su esperanza de vida, por el elevado riesgo cardio-vascular y respiratorio. En ellos lo mas acertado es realizar una derivación bilio-pancreática o un By-pass distalya que buscamos que perdure el mayor tiempo posible la pérdida de peso.

Si el IMC es de 60 o más estamos hablando de un súper-súper obeso. Estos enfermos, al igual que los anteriores con patologías asociadas tienen un riesgo quirúrgico muy elevado por lo que se suele recomendar una cirugía en dos tiempos. Así pues realizaríamos primero una gastrectomía en manga y al cabo de 12 – 24 meses, cuando ya hayan perdido alrededor de 50 Kg, hemos de practicarle una Derivación bilio-pancreática o un By-pass distal.

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